La princesa Dinamo vive en un mundo de metal, gris y frío como el acero.
Se trasladó aquí con su familia desde Amianto, su ciudad. (A ella le gusta pensar que procede de allí...le hace sentir indestructible), ...porque Amianto, fue creada a fuego lento.
Sus padres la llamaron así "power" porque nació con energía.
Ahora, viven constantemente angustiados...un mundo tan electrificante no puede ser bueno para ella ..."¡¡¡una princesa de Amianto resistiendo vivir en un mundo de metal!!!" repite su padre una y otra vez.
Dinamo se corta por las esquinas,
si se le hace tarde y corre, le salen chispas por los pies,
se electrocuta con el tostador un día si y al otro también.
se le ha bajado la temperatura ¡hasta trece grados! así que ha perdido el color rojilava de su piel.
Incluso en una subida de tensión, se quedó sin luz en la mirada.
La cinemática es su religión.
A Dinamo no se le ve...sólo se le siente. Tiene una aceleración equitativa a su tamaño y peso en m/seg.
Ha calculado la parte proporcional que le toca del Sol entre todos los habitantes del lugar, en su latitud y longuitud exactas...y se proporciona esa energía para ella misma cada día.
Por su cumpleaños, le han regalado un abrigo de escamas solares, que le hace parecer una sirena.
Así ahorrará energía, "será más equlibrada y sostenible" dice su padre.
Pero constantemente confunde la Reflexión con la Refracción de la luz... así que la cuchara del vaso de agua siempre está doblada para ella.
Ahora los Domingos, se sienta junto a la ventana esperando la llegara del Solsticio (Sol quieto), "¡es importante tener un punto fijo desde el que desplazarse!", se dice a sí misma.
Además, los números 23 y 27 siempre le han gustado, son impares, y no tienen raíz cuadrada exacta...siempre guardan algo para el resto.
No entiende como se puede vivir en el Círculo polar...eso es para amantes románticos de película, que no quieren entender que lo infinito es sólo un ocho dormido y sin variables.
