martes, 11 de septiembre de 2012

Territorios VII

La isla vista desde arriba [plano pantalla] se hace carne viva, carne cruda. Imperfecciones.
Movimientos poliposos de gordura grotesca que la hace real, atractiva y desagradable como un cuadro de Lucian Freud.
Una gorda tirada en el sucio parquet del viejo estudio, en posición erótica, mostrando el sexo sin pudor.
Matices verdes de botellas vacías bajo la piel traslúcida [no puedo tocarla]. Veo sus venas. Sus arterias siguen ahí, pero la isla esta seca. Como el vino blanco, fresco y seco [aun tengo resaca de la noche anterior].
Aquí no hay servidores virtuales para la información basura. Un no-lugar para que no-moleste.
[el Dropbox esta de moda].
Ya no hay marineros con anclas verdes en el brazo, pero ella se tatúa las sombras en la piel.
Las nubes sobre el cuerpo, las manos sobre el papel, la nostalgia sobre esta historia.
Y la ausencia de luz pasa...como el tiempo [la muerte es la única certeza].
La vida no tiene ni pasado ni futuro y su presente es inconsistente por la falta de los dos anteriores.
Yo siempre me voy,  para volver a lo carnal de la tierra, porque pertenezco a ella, y ella me pertenece a mi [ y esa, podría ser la segunda única certeza].

Tenerife desde el aire_Lucian Freud